-Aldaia es la ciudad de los abanicos.
Yo vine muy contenta porque, además de participar en ese encuentro (muy bien organizado), tuve mucha suerte, me regalaron, al final del mismo, este precioso abanico:
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Había pensado en no volver, hacía un calor "de justicia", aunque pusieron toldos suficientes, estábamos a más de 30º (era el 6 de julio, y siempre lo hacen en estas fechas); pero después de lo del abanico, se me olvidó la incomodidad del calor y puede que vuelva.
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Mirad bien "mi abanico".
Pero me estoy poniendo muy pesada con mi regalo, y voy a dejarlo porque os quiero contar más cosas del encuentro.
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Me llaman la atención los bolilleros "decorados.
Y los abanicos.
A ver si el curso próximo soy capaz de hacer uno, aunque sea pequeñito.
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Más cosas:
Buen ambiente.
Bonitas labores.
El Rosario, también lleva las cuentas unidas por un encaje de bolillos.
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Todo, todo representa muchas horas de trabajo.
Voy a animarme a imitar a las bolilleras de Aldaia.
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¡Feliz verano!!!.
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